lunes, 5 de octubre de 2009

*-*SONATNA*-*

La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
los suspiros se esccapan de su boca de fresa,
que a perdido la risa, que a pardido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado se su clave sonoro;
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.

El jardín prueba el triunfo de los pavo reales,
parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, pirueta el bufón.

La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el principe de Golonda o de China
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
O el Rey de las Islas de las Rosas Fragantes
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! la pobre princesa de la boca de rosa,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar.
Ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de Mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobresita princesa de los ojos azules!
Esta presa en sus oros, esta presa en sus tules,
en la jaula del palacio soberbio que vigilan los guardias,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quien fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está palida).
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¿Quién volara a la tierra donde un principe existe,
(la princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermosa que el Abril!

Calla, calla, princesa --dice el hada madrina--
en caballo con las alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!

TE AMO MI AMOR¡¡¡¡
RUBEN DARÍO

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